Destinado al Batallón de Cazadores de Montaña “Magallanes XVIII” en Boltaña, Huesca, se diploma en Escalada y Esquí. Destinado voluntario a La Legión, en 1953, gana el campeonato de Patrullas Militares con la del Tercio D. Juan de Austria.

Cursa los estudios correspondientes de profesor de Educación Física en la Escuela Central, pasando a ser profesor del mencionado Centro, en el que se encarga de la disciplina “Deportes de Combate” y  “Balonmano”. Es enviado a Madrid para acompañar al campeón de los pesos ligeros de boxeo, Pedro París y así aprender las distintas técnicas de ese deporte. Asiste a clases de lucha grecorromana en el gimnasio Moscardó, hasta que toma contacto con Alfredo San Bartolomé,  con quién practica JUDO por primera vez.

Entusiasmado con nuestro deporte, al presentar el informe correspondiente de su estancia en Madrid, sólo menciona el JUDO como de interés para la Escuela Central de E.F., haciendo hincapié en la conveniencia de practicarlo y enseñarlo en el Centro. Desde ese momento, el JUDO se convierte para él en una obsesión  y de acuerdo con el Coronel Fabián Vicente del Valle, -por entonces Jefe del Departamento Nacional de Judo de la Federación Española de Lucha-, inicia las gestiones para traer a España un Judoka japonés perteneciente a la élite del Kodokan de Tokio,  Kiyoshi Mizuno, Sexto Dan, militar experto en operaciones especiales, al que alojó en su propia casa y con el que llego a tener un grado de amistad y compenetración verdaderamente notorios.

Durante el  curso 1959-1960, se incorporó al cuadro de profesores del Colegio Nuestra Sra. del Pilar de Madrid, fundando durante el curso siguiente el Club Pilaristas de JUDO, siendo el primer colegio de Madrid en contar con nuestra disciplina. Participó en el Campeonato de Europa de JUDO, desempeñó cargos federativos y siempre ha estado dedicado a la docencia y difusión de nuestro deporte, inculcándolo a sus hijos y nietos a través del Club Pilaristas de JUDO, cuya presidencia ha mantenido hasta el final de sus días.

Hombre muy culto e ilustrado, obtuvo igualmente varios premios de Poesía por sus diversas publicaciones, y dedicó  activamente sus últimos años de vida a la cultura y el arte, siendo Vicepresidente de la Academia Libre de Artes y Letras de San Antón y Miembro de número de la Asociación Internacional de Críticos de Arte.

En el año 2.008 esta Federación le distinguió igualmente  con el premio “Madridoka Alfredo  San Bartolomé”,  por su labor como pionero del Judo madrileño.

Desde aquí le mandamos nuestras más sinceras condolencias y un fuerte abrazo a toda su familia y a los amigos del Club Pilaristas JUDO. Descanse en Paz.